Ponga música suave.
- Siéntese en una posición suficientemente cómoda.
- Cierre los ojos
- Respire lentamente, inhalando y exhalando con pausa mientras recorre mentalmente su cuerpo.
- Afloje su cuerpo. Descargue sus tensiones
- Imagínese que esta en un lugar tranquilo
- Concéntrese en sus pies.
- Continúe ascendiendo por la columna vertebral.
- Prosiga ascendiendo por sus brazos, su cuello y finalmente su cabeza.
- Cuente hasta cincuenta visualizando cada número a medida que lo piensa.
- Piense que se despoja de sus tensiones y que logra un estado de relajamiento absoluto y sereno.
- Sienta que ha alcanzado un estado de reposo pleno que le permite abandonar su cuerpo temporalmente.
- Visualice una rosa, véala por todos sus lados.
- Imagine una luz azul intensa.
- Ponga esa luz en un punto en el medio de su frente.
- Esa luz sale de su frente y se hace cada vez más grande.
- Llene todo el ambiente con su luz azul.
- Ahora júntela en una esfera gigante rodeándole.
- Visualícela y llene su cuerpo de ella.
- Sintonice sus cinco sentidos
- Localice mentalmente sus ojos, su boca, sus manos, su nariz
- Finalmente, concéntrese en su sentido auditivo.
- Trate de sintonizar los sonidos que ocurren en su entorno inmediato.
- Ahora aléjese cada vez más de los sonidos.
- Vaya a su interior.
- Imagine que se eleva lentamente en espiral y trate de visualizar el cuerpo que acaba de abandonar.
- Insista en tomar altura suficiente, hasta que no pueda ni siquiera imaginar todo cuanto le rodeó.
- Mire hacia el infinito.
- Visualice la energía.
- Ahora todo es energía. Usted también es energía.
- Visualice ese círculo de luz cuya presencia le regocija.
- Vea como esa luz azul intensa se trasforma en un camino con una puerta muy grande al final.
- Pida permiso para entrar.
- Una vez adentro Insista en interpretar las visiones que alcance, los mensajes que le lleguen, defina las apariciones que surjan.
- Ahora tome conciencia de que debe regresar a su cuerpo.
- Retírese agradeciendo.
- Comience a descender lentamente en espiral.
- Visualice el lugar desde donde partió.
- Deslice su espíritu suavemente, como si flotara, hasta presentir su cuerpo.
- Una vez encontrado el cuerpo, visualícelo como si lo observara en un espejo.
- Decida penetrar en él. Ingrese por la cabeza. Continúe por su columna vertebral, brazos y piernas hasta llegar a los pies. Sienta el suelo firme.
- Concéntrese en sus oídos. Sintonice algún sonido de su entorno hasta llegar a escucharlo con nitidez.
- Visualice su boca.
- Localice el sentido de su olfato. Ubíquese en sus ojos. Sienta sus párpados. .
- Abra lentamente sus ojos. Reconozca el lugar
- Para concluir el ejercicio anote las visiones que recuerde haber obtenido.
IMPORTANTE: No realice este ejercicio acostado y es conveniente hasta tomar practica ser supervisado por algún acompañante que marque el tiempo de retorno, llamando a la persona por el nombre que vuelva aquí y ahora.